La negación es un mecanismo de defensa que consiste en enfrentarse a los conflictos negando su existencia o su relación o relevancia con el sujeto. De esta manera se rechazan aspectos de la realidad que se consideran desagradables.
Los mecanismos de defensa son estrategias psicológicas inconscientes para evitar el cambio o cualquier situación que se considere inadecuada. Y así la persona se mantiene en su zona de confort.
La negación es un mecanismo primario. Es así como se niegan conductas impulsivas o violentas incluso objetos o evidencias externas que no encajan en la realidad de la persona que niega (negador). En el fondo si la persona no niega la situación se perturba su realidad externa. Al negar esos eventos o evidencias que se consideran inexistentes la realidad externa coincide con la realidad deseada sea interna o externa.
¿Porqué se niega?
Lo contrario de negar es aceptar que es reconocer que algo está mal y debería cambiar. El cambio puede provocar “dolor y sufrimiento” es decir cambiar puede provocar perdida de situaciones deseadas y conductas que a veces son percibidas como indispensables o relaciones interpersonales que generan placer y hasta relaciones inadecuadas. También se propone que la negación en ciertas situaciones se basa en no tener esperanzas de poder cambiar con éxito.
En resumen la negación evita poder hacer los cambios necesarios aunque el cambio sea para mejorar.
La negación no permite cambiar por el contrario mantiene lo presente.
Desde el punto de vista psicológico (cognitivamente) negar puede ser un rechazo de la percepción ante un evento que se impone en el mundo exterior (Lacán 1954).
Como ejemplo de negación tenemos las infidelidades las personas infieles niegan la infidelidad para “evitar un problema con la pareja”. Incluso ante evidencias no muy concluyentes niegan ser la persona involucrada. En ocasiones la negación se fundamenta en la necesidad de mantener la pareja actual. Se niega para mantener la situación actual.
Las personas dependientes de sustancias, personas, o conductas disminuyen la importancia de la intoxicación o de la conducta que ejecutan, porque ni siquiera lo perciben como una dificultad. En las dependencias a drogas como alcohol, marihuana o drogas de las conocidas como “duras” la negación está presente.
Ejemplo: El esposo llegó embriagado y cuando es confrontado dice “Pero bueno tu sí que exageras, lo de anoche no fue para tanto, unos tragos y ya, aquí estoy”
El consumidor de drogas ilícitas: Es que si me tomo una pastillita “la creatividad se me pone a millón. Además yo consumo poco, lee eso no hace daño peor es…”
Este tipo de respuestas es muy común en la persona dependiente, se hace una disminución del consumo y se niegan los efectos perjudiciales que causa.
En cuanto a dificultades familiares y enfermedades: “Las personas niegan al comportarse como su nada estuviera pasando” Esta conducta implica no solo negación sino disociación. A la larga el problema se complica cada vez más y la solución termina siendo más dolorosa.
En la enfermedad: Los padres con niños diferentes por tener con dificultades físicas, de aprendizaje o conductuales muchas veces tienden a negar la dificultad. En oportunidades el maestro o profesor les reporta la dificultad y el padre lo niega lo cual no permite la atención temprana del niño cuando aún puede ser rescatable y al pasar el tiempo la dificultad se hace evidente. En este caso la negación evita el dolor o el estrés que se presentaría al aceptar la realidad. Tardíamente la situación es más complicada.
¿Habrá momentos en los cuales la negación es adaptación?
Cuando no se puede evitar el daño o la amenaza de la situación que se está confrontando los mecanismos de negación permiten aliviar la carga emocional que confrontamos y continuar funcionando con menos daño.
Cuando se trata de enfermedades crónicas como Hipertensión arterial o diabetes es útil la negación de las consecuencias futuras siempre que se mantengan los tratamientos y calidad de vida adecuadas a la enfermedad.
Cuando estamos ante situaciones de crisis como incapacitación, enfermedad súbita o pérdida de un ser querido la negación puede ser adecuada en los primeros momentos y modula la respuesta afectiva para que más tarde se confronte la situación cuando emocionalmente la persona esté en mejores condiciones. Es evidente que en las situaciones de pérdidas importantes la negación muchas veces es la respuesta primaria adecuada. Por ejemplo en situaciones de: Asaltos, Participación en situaciones de violencia, Abusos sexuales, Posibles pérdidas económicas importantes, fenómenos naturales –inundaciones-, etc.
En estos casos es necesaria esta primera etapa de negación para luego aceptar la situación y estudiar los cambios desde una situación emocional de la persona esté más centrada y pueda reflexionar, futurizar y planificar.
No se puede cambiar aquello que no se conoce en conciencia, no se acepta y se niega.
Dra. Mercedes Schnell
Médico Psicoterapia
Experta en Psicoterapia
PNL e Hipnosis
