Cuando una persona decide dejar su lugar de origen para establecerse por un tiempo o definitivamente en otro país está emigrando. Muchas veces se emigra sin pensar que es lo que se busca pues lo importante es dejar lo que se tiene.
Estamos hablando entonces de que emigrar es un mecanismo de sobrevida bien sea por la situación económica, por la inseguridad física, política o jurídica, o por la percepción de un futuro poco promisor.
En contraposición lo adecuado es proponerse un objetivo al emigrar pues así la escogencia del país adonde se quiere emigrar es más adecuada.
Emigrar es dejar la ciudad y el país conocido, dejar atrás la historia personal pues los recuerdos están atados a nuestras vivencias y lugares dónde nos formamos. Es dejar la cultura local, nuestras costumbres, nuestra idiosincrasia y nuestras tradiciones.
Además es dejar personas.
Parte de la familia, nuestros amigos de años y las personas queridas que conforman la familia escogida sin saber cuándo las volveremos a ver. Para algunas personas el emigrar puede convertirse en un experiencia dolorosa pues se siente como pérdida es decir que se vive como un duelo sin embargo no todos losque emigran lo viven así pues depende en parte de las causas de la salida del país de origen.
Cuando emigrar es un duelo está compuesto por muchas pérdidas
Duelo por la familia y amigos; hacer amigos no es cuestión de días, es conocer al otro y establecer relaciones duraderas. Duelo por el país que abandonamos y conocemos; la playa, la montaña o el río hacen falta pues nos orientan en nuestros países, nos hablan de pertenencia. Duelo por el idioma y por nuestra cultura y tradiciones por ejemplo establecer relaciones con los vecinos generalmente es diferente en cada país y la manera como nos comunicamos puede crear dificultades de diferente intensidad dependiendo del país de origen y del que nos recibe.
La pérdida de nuestra posición social y pertenencia puede ser un golpe emocional de difícil manejo pues emigrar puede implicar tener que vivir a un nivel socioeconómico menor que el estándar que se tenía en la patria y profesionalmente puede significar empezar desde una posición mucho menor pues tenemos que demostrar quienes somos y que habilidades y capacidades tenemos.
Este duelo mal procesado puede llegar a ser crónico, es el duelo migratorio que tiene características peculiares pues se trata de una pérdida donde el objeto perdido no desaparece, la persona se mantiene de alguna forma en contacto con su país de origen, sabe lo que ocurre y mantiene comunicación, a veces dolorosa con la familia y amigos que quedaron atrás. Por eso es un duelo que se reactiva, mantiene la intensidad del dolor de la pérdida y puede hacerse un proceso crónico.
Quién emigra siente tristeza y soledad que pueden aparecer desde el comienzo o al cabo de algún tiempo de haber partido. El miedo a las dificultades para conseguir trabajo o vivienda estable es muy común sobre todo si se llegó al país de acogida sin trabajo y con recursos económicos precarios. En este caso es frecuente la aparición de ansiedad y pensamientos obsesivos, es decir reiterativos que pueden llegar a disminuir la autoestima y autoeficiencia de la persona.
Por otra parte en ciertas circunstancias se puede sentir ambivalencia con el país de origen pues no cumplió nuestras expectativas o no cubrió nuestras necesidades.
Dra. Mercedes Schnell
Médico Psicoterapeuta,
Especialista en PNL e hipnosis.