En la infancia el uso del tiempo libre depende fundamentalmente de los padres dado que los niños no son independientes. El deber ser es que siendo niños debemos ayudarlos a desarrollar su imaginación, pero es el modelo familiar lo que define las actividades del niño.
A veces padres que pasan
horas con sus equipos electrónicos sin ocuparse de los hijos se quejan de que
lo único que hacen es ver televisión o jugar video juegos sin notar que ese es
el modelo que ellos imparten.
Algunos padres en su afán
de ayudar a formar a los niños o por falta de tiempo los mantienen ocupados en
un exceso de actividades programadas después del colegio lo
cual no le permite al niño ser dueño de su tiempo libre.
El niño debe poder DISFRUTAR de
su tiempo, disponer de él con la ayuda del adulto, hacer actividades lúdicas,
jugar con amigos, y hablar con sus pares.
Que el niño escoja
sus actividades extra curriculares debe ser estimulado y asegurarle
que siempre tendrá el apoyo de sus padres si se presenta algún
inconveniente.
De esta manera la confianza,
seguridad y responsabilidad van de la mano.
Para ayudarlos a aprender
a convivir es necesario que tengan relación con otros niños
diferentes a los del colegio lo cual implica usar el tiempo libre
en sitios diferentes a los escolares y aprender a jugar
con diferentes elementos e incluso con niños educados en otras culturas.
De esta manera podrán desarrollar
sus habilidades para participar en diversos medios y obtendrán
un abanico de valores y principios pues el cambio les permite
medir sus fortalezas y habilidades.
A su vez puede ser un medio
para hacerse más seguros e independientes de su grupo
del colegio. (Léase más resistente al booling).
Las reuniones con
familiares a quienes no frecuentamos y con niños de edades semejantes
es una salida muy adecuada.
También las actividades
deportivas como los campamentos o clínicas de un deporte que le guste
al niño le permiten desarrollar habilidades para formar grupo y jugar en equipo
lo cual será útil de por vida.
En este sentido, en
vacaciones más prolongadas, los Campamentos de verano cumplen
una labor social excelente cuando son de calidad.
Existen actividades
culturales de diversas características dedicadas a los niños como
ejemplo las que ocurren en librerías cómo los cuenta cuentos, teatro o cine al
aire libre en diversos parques, teatro y cine infantil en sitios privados y
muchas más.
Se trata de acompañar a los
niños y a la vez educarlos en su tiempo libre.
Los adultos tenemos que
aprender a disfrutar con los niños y no llevar a los niños a disfrutar de las
actividades de los adultos y suponer que cumplimos nuestro papel.
El tiempo libre para los
niños debe ser apreciado por el adulto pues cuando lo
usan activamente se descubren, conocen sus
características peculiares y apoyados por el adulto las aprecian lo cual mejora
su autovaloración.
Hay que negociar el tiempo
de ocio y del uso de las redes pues viendo seriales y películas o comics son
entes pasivos e introyectan lo que le es suministrado como si fuese el mundo
real.
Mercedes Schnell
Médico Psicoterapeuta.
Especialista en PNL e Hipnosis.