Si hago es un riesgo. Si no hago me puede ir mal.
Hay
momentos en que es necesario tomar una decisión,elegir entre varias opciones,habitualmente
son decisiones sencillas como ir al cine o al teatro. ¿A cuál película, a qué
obra? En estos casos no es problema pues no se provocan consecuencias
importantes.
Otras
veces la situación es más complicada y suponemos que habrá un cambio en
nuestra vida, saldremos de la zona conocida. Por ejemplo renunciar al
empleo o terminar con la pareja, provocará consecuencias que pueden
ser agradables o no.
En estos casos la persona puede sentir emociones opuestas en un
momento quiere tomar una decisión pero en otro no lo desea. Por ejemplo en caso
de dificultades de pareja en momentos desea separarse pero en otros no, quiere
quedarse. Es como si la persona estuviese dividida.
En
situaciones de crisis dónde estamos sometidos a presiones externas o
estrés tomar una decisión es más complicado e incluso puede no ser
recomendable.
Es
necesario tomar en cuenta que los estados emocionales influyen en la
toma de decisiones, pues nuestra relación con el mundo que nos rodea puede
modificarse e incluso distorsionarse dependiendo del momento emocional que
estemos viviendo.
Si
estamos muy ansiosos, obsesivos o deprimidos puede ocurrir que no estemos
evaluando la situación real y tomemos decisiones inadecuadas.
Es
útil tomarse el tiempo necesario para reconocer en qué estado de ánimo estamos
cuando tenemos que decidir algo que consideramos importante y asegurar que la
decisión no sea impulsiva o producto de una respuesta emocional.
Hay
personas a quienes les es difícil escoger y puede ser que se beneficien al
obtener herramientas para la toma de decisiones.
Pregúntate:
Cuando
tienes que decidir entre varias posibilidades, ¿puedes elegir con facilidad?
Después
de decidir, ¿tienes pensamientos reiterativos sobre lo adecuado de la decisión?
¿Tener
que decidir te mantiene despierto o te despiertas en medio de la noche?
Insomnio.
¿Te
consideras indeciso?


Las
respuestas te indican si sería beneficioso para ti practicar alguna de las
sugerencias que damos en esta nota. Sin embargo hay que recordar que puede
ser que la indecisión sea un rasgo de personalidad (perfeccionismo) o se deba a
patología. (TOC).
¿Porque
no decides?
Esta
dificultad para escoger un cambio puede presentarse porque la persona le
cuesta aceptar responsabilidades o no quiere perder lo que en ese
momento tiene o no quiere asumir las consecuencias de la
decisión.consecuencias de la decisión.
Algunas
características que explican la dificultad.
En
otras ocasiones la persona no tiene confianza en sí mismo pues siente
o cree que no puede evaluar la situación con claridad o predecir el efecto que
tendrá el cambio.
La
baja autovaloración se traduce en dificultades para elegir en
situaciones donde hay varias opciones independiente de que
sean situaciones sencillas o complejas. La persona se siente incapaz
de elegir bien.
Una pérdida de
confianza nos hace cuestionar la solidez y las razones de nuestras decisiones. Se asocia al
sentimiento de inseguridad, a una excesiva auto exigencia y a la falta de
claridad en el planteamiento de las situaciones.


El miedo
al fracaso evita la decisión en personas con rasgos perfeccionistas o
cuando se considera que ese error implicará una devaluación frente a las
personas que estimamos. “Que sea otro que se equivoque”
Hay
que recordar que no resolver es decidir mantener lo actual y las circunstancias deciden por nosotros y habrá consecuencias que no pensamos a tiempo, no estaremos preparados.
QUE HACER
Enfrentar la situación.
1. Definir el problema o la
situación. Se recomienda escribirlo pues aclara y da otra visión.
Busca información si no estás seguro de lo que ocurre al escoger.
TÓMATE EL TIEMPO NECESARIO PARA SABER SI DE VERAS QUIERES CAMBIAR
2.
¿Saber realmente lo que quieres en este momento? Define las metas a lograr
al resolver la situación. No estar contento con lo que tienes no es
suficiente para cambiar pues puede que no logres lo que deseas.


3-
Escribe opciones tipo tormenta de ideas. Serias, locas,
casi imposibles, racionales, emocionales. Las que se te ocurran.
4.
Escribe los pros y contras de cada una. Escribe si hago A ocurre…. Si no
lo hago…. Si hago B…Pros y contras no son opuestos, revisa pues por ejemplo
separarte de la pareja no implica que no tengas otra. Cambiar de carrera…
Irte de país.
5. Pide ayuda a quien tenga experiencia o conocimientos.
6.
Piensa sobre esas alternativas y sus consecuencias. Revisa las
probabilidades de que ocurran esos pros y contras.
7. Usa la imaginación para verte en cada situación y
valora las consecuencias.
8. Date cuenta de la emoción o sensaciones que te produce esta prueba.
9.
Analiza si toleras las dificultades que se pueden presentar.
10. Recuerda
que la resiliencia se aprende.
11.
Equivocarse es válido y se puede rectificar.
Date permiso para equivocarte y rectificar.
12. Asume
las consecuencias. Tienes que tener claras cuáles son las consecuencias de tus
decisiones. Porque tú y sólo tú, vas a tener que vivirlas.
13.
Manten el cambio por un tiempo prudencial acepta ese tiempo de
incertidumbre y piensa que recursos necesitas o tienes para llegar al
equilibrio. Porque esa inestabilidad forma parte del proceso.
14. Pide ayuda si la decisión te provoca ansiedad, estresa o impide tu funcionamiento normal.
14. Pide ayuda si la decisión te provoca ansiedad, estresa o impide tu funcionamiento normal.
Date un tiempo para acostumbrarte al cambio.
Dale un tiempo a los otros.
Mercedes Schnell
Médico Psicoterapeuta.
Especialista en PNL e Hipnosis.