Desde hace algún tiempo en Venezuela es evidente la separación entre familiares debido a que algunos miembros simpatizan con un grupo político y otros se parcializan por el grupo político contrario. Este fenómeno ocurre cuando los líderes políticos utilizan una comunicación basada en las emociones y ha sido demostrado claramente que mientras más propaganda política hay más polarización y más disfunción familiar.
Cómo Ocurre el Fenómeno de Polarización
1. Al comienzo los miembros de la familia mantienen superficialmente una buena relación a pesar de las diferencias políticas.
2. A medida que pasa el tiempo si las diferencias se mantienen y se ventilan en las reuniones familiares se producen enfrentamientos
3. Los enfrentamientos se hacen personales porque se asocian las características políticas de cada uno de los miembros de la familia con las pequeñas dificultades que existieron previamente. Por ejemplo reclamos, desagrados, diferencias de opinión en otros tópicos y diferencias conductuales.
4. Las relaciones en el núcleo familiar, al comienzo, se enfrían y al tiempo las diferencias se distorsionan y pueden provocar disfunción familiar.
5. Si la situación no se aclara los miembros de la familia polarizados se convierten en extraños y se pierde la comunicación. En estos casos las personas llegan a odiar al contrincante y de hecho se provocan situaciones familiares que terminan en la imposibilidad de convivir o compartir eventos, sean estos sociales o netamente familiares.
6. Cuando se presenta la polarización política entre miembros de la familia que han emigrado y otros que permanecen en el país la situación es aún más compleja y muy dolorosa para el resto de la familia, llámense padres, hijos, hermanos y familiares más lejanos. La familia se aleja cada vez más y dejan de reconocer sus semejanzas, muchas veces ni siquiera se comunican por las redes o el teléfono.
Nosotros hemos tenido en la consulta algunos casos semejantes en cuanto al cambio en las relaciones interpersonales dentro de la familia pues se presentan casos de imposibilidad de controlar las emociones que genera este tipo de conversación llegándose a la violencia verbal, luego al distanciamiento y por último a la ruptura de la relación. Tan es así que no visitan a los padres o familiares y mayores a menos que confirmen que el “oponente político” no va a asistir.
La pregunta es qué se puede hacer para poder mediar cuando somos parte de la familia y queremos lograr una reestructuración en las relaciones.
Para poder intervenir es necesario ser absolutamente imparcial y lo que se puede hacer es recordar una serie de premisas que nos permiten entender ese fenómeno que nunca pensamos que podía ocurrir.
Cuando sabemos que la polarización no es debida a las personas sino que es estimulada desde la prensa, las redes, la TV, etc., que inducen a tomar posiciones extremas vemos que no hay culpables en esta situación por tanto ambos personas han sido utilizadas. El verdadero problema es que no se debaten ideas sino emociones y se puede llegar a la violencia psicológica, verbal y física.
Por otra parte la posición política se apoya en las creencias y valores de cada persona y no es irracional. Cada persona ve un mundo particular dependiendo de sus experiencias, historia familiar, edad, género y circunstancias en las cuales se encuentra. Por tanto podemos entender y aceptar que cada uno piense diferente en un área que responde a la identificación con sus valores y a la emoción que la propuesta política genera, en función de un futuro idealizado.
La intención del otro no es hacerle daño a un familiar pues es apoyar un mundo que según él es mejor para todos incluido su familiar.
La persona escogió un determinado programa político que para él era la mejor opción para todos.
La persona no es solamente un ser político y como un todo es mucho más que una opinión.
Si al estar en situación de intervenir usamos este conocimiento y lo trasmitimos a la familia en forma neutra, sin tomar bandos estaremos propiciando un diálogo que pudiera abrir un camino de reconciliación acentuando que el otro no es tu enemigo sino que es alguien que piensa diferente.
Además insistir en que la familia debe ser una prioridad y debemos darle su lugar pues es siempre nuestro apoyo, al igual que a los amigos verdaderos y nuestros afectos quienes pase lo que pase están a nuestro lado.
También es necesario estimular la reflexión sobre el derecho a la libertad de pensamiento y las diferencias contrastando la familia con lo que es una organización política y su objetivo.
Evidentemente es necesario que quien está interviniendo en pro de la unificación familiar acompañe individualmente a los protagonistas de esta situación con la intención de que se recupere la estructura familiar, se entiendan, se respeten, acepten sus diferencias y puedan volver a sentir la seguridad que da la familia y el amor que se tienen aunque en algún momento creyeron ser enemigos acérrimos.
Para terminar debo decir que estas situaciones no se deben dar y para prevenir se hace necesario una cultura de la diversidad y la tolerancia como reglas básicas de convivencia y para enfrentar las diferencias. Además hay que evitar que las discrepancias se conviertan en conflictos que terminen en violencia.
Los diversas investigaciones en esta área indican que para minimizar los efectos negativos de la tensión política se deben adoptar medidas destinadas a limitar la violencia, agresividad y maltrato en las campañas de propaganda durante los períodos electorales pues la polarización es emocional e irracional
Yo personalmente predico la diversidad pues es en ella que aprendemos y abrimos nuestro mundo a otras visiones y vivencias por lo cual mi lema es:
“Disfruta la diversidad”