Estas sugerencias son inespecíficas y se pueden aplicar a diversas situaciones con pequeñas modificaciones independientemente del tipo de dificultad: si es una situación de pareja, personal, laboral, familiar o ciudadana.
1. Aumentar el optimismo: enfocar nuestra atención en nuestros pensamientos. Si son negativos es decir se centran en no puedo, es difícil, no se hacerlo, usando papel y lápiz escribirlos y reflexionar cuán ciertos son:
- ¿Has probado confrontar o hacer lo que deseas?
- ¿Cuánta verdad comprobada hay en esos pensamientos?
- Céntrate en que tiene de útil, de positivo o que aprendizaje se logra a partir de esta situación.
- Explora cuál es tu creencia e intención al tener ese pensamiento.
- ¿Cuál creencia o intención necesitas tener para un nuevo enfoque de la situación?
2. Mantener una actitud resiliente: todo evento provoca un cambio, sea interno: emocional, físico, conductual o externo: relaciones, comunicación, laborales, pareja, etc., y son percibidas como negativos. Revisa la historia de tus llamadas “equivocaciones o fracasos” desde otro punto de vista buscando una connotación positiva al cambio que produjo el evento negativo. Aplica ese aprendizaje al momento actual.
3. Cultivar la esperanza en el futuro: revisa tus éxitos y rememora los estados internos por los cuales pasaste. Fíjate como lograste mantener la motivación y energía para lograr la meta que te planteaste. Recuerda un logro que te fue “difícil” Si lo puedes hacer en esa situación lo puedes hacer en este momento. Esta es la forma con la cual las personas se hacen profesionales a pesar de tener dificultades en los exámenes al igual que lo profesionales logran plazas en el mercado de trabajo enfrentando entrevistas complejas y de alta dificultad.
4. Resignificar las dificultades o “fracasos”: lo que ocurre no es el problema es el significado que le damos a lo ocurrido respecto a nosotros, a otros, al rol social que desempeñamos etc. Generalmente el significado puede ser lógico pero también puede no ser lo cierto. También puede ser ilógico y al revisar cambia. Si encontramos un nuevo significado cambiará nuestra valoración y de “fracaso” puede cambiar a no importante o a ser un éxito,
5. Re encuadrar: ver las situaciones o eventos desde otra perspectiva
“Si yo tuviera que decir algo “bueno o positivo” de este evento o situación
- ¿Qué sería? ¿Qué diría?
- ¿Cómo cambiaré mi futuro ante esta situación para que sea mejor que en este momento?
- ¿Qué plan de acción me propongo?
6. Revisar nuestras opiniones: y estar atento a la visión de lo negativo o catastrófico. Alejarse de personas poco optimistas para evitar el pesimismo
7. Tener proyectos personales de vida: aumenta la esperanza n un futuro mejor. pues nos permite mantener la esperanza si planificamos adecuadamente y tenemos pequeños logros tendremos esperanza que además crecerá de acuerdo a los logros parciales que alcancemos y mejor aún si nos enfocamos en la emoción que sentiremos al lograr esa meta.
8. Reunirse con personas: que tengan una actitud luchadora ante las dificultades enfrentándolas proactivamente.
9. Ante la dificultad revisar los posibles escenarios: y decidir cuál llevar a cabo siendo flexibles y estar atento a que las acciones nos acerquen al logro de la meta
10. Cuándo se sienta que falta esperanza retomar los objetivos: y usar técnicas de motivación al logro.
11. Ser persistente y flexible: cuando no se esté logrando el objetivo planteado es necesario ser persistente. Abandonar el objetivo lleva a tristeza y sensación de no ser capaz de lograr cuando realmente, lo que puede estar ocurriendo, es que el camino o plan escogido para llegar a la meta no es el mejor o el adecuado para ti. Ser flexible permite modificar las acciones para alcanzar lo deseado.
12. Reconocer los pequeños y grandes logros: y festejarlos internamente o con amigos es parte de reforzar la esperanza.
Dijimos que "Esperanza es la confianza de alcanzar algo".
Ahora decimos: "Tengamos la esperanza de lograr un mundo mejor".