En la Venezuela actual está siendo frecuente que las parejas alcancen la madurez para vivir juntas pero no tengan las posibilidades económicas. Se está viendo cada vez más que deciden compartir casa con la familia de origen de uno de los cónyuges.
Al comienzo la pareja trata de integrarse a la familia todo va bien pues ambas familias cuidan sus formas y tienden a respetar las costumbres de la casa. Sin embargo, al poco tiempo comienzan a haber roces debido a diferencias en pequeñas cosas como el orden en la casa, el uso de los implementos de cocina, los horarios en días feriados, etc. En realidad uno de ellos vive en una casa que no conoce internamente.
En esta casa la nueva pareja no puede establecer sus propias formas de vivir, no puede imponer normas, debe vivir de acuerdo a los padres o suegros. A veces es muy difícil pues a la persona que es hijo de la casa muchas normas no le satisfacían entre otras cosas por la diferencia generacional. Se trata de que la pareja quiere formar familia pero debe cumplir con las rutinas y funcionamiento de otra familia. Es así cómo no pueden ser independientes ni tomar sus propias decisiones. Es muy importante señalar que en esta situación no hay intimidad, no se pueden dirimir las diferencias en espacios cómodos o dar rienda suelta a los impulsos como se haría en su propia casa.
La Nueva Pareja Vive en Casa Ajena
Las diferencias se maximizan cuando el hijo de la familia que los recibe no tenía buenas relaciones con los padres durante su época de soltería. Nuevamente al comienzo las relaciones se cuidan y son buenas pero van corrompiéndose hasta ser desagradables.Por otra parte los padres o suegros ven, oyen y sienten situaciones de las cuales no se enterarían si sus hijos no viviesen allí. En oportunidades los mayores no se contienen e intervienen en asuntos que no les competen lo cual genera fricciones de diversa índole. Estas intromisiones muchas veces se deben a la sensación de que están en su derecho pues esa es su casa sobre todo cuando hay niños por medio.
La mayoría de las veces las tareas diarias de la casa son motivo de conflicto incluso con la propia hija pues cada persona tiene una forma particular de llevar a cabo sus labores.
Es posible que además de estas circunstancias se genere otro problema pues uno de los miembros de la pareja continúa en el hogar donde vivía soltero y con quienes siempre se crio -sus padres- lo cual le permite no modificar conductas que en otra situación como sería estar en su propia casa tendría que modificar o acordar con la pareja.
El vivir casa de los padres permite cierto nivel de irresponsabilidad por parte del hijo de la casa y eso no ayuda a formar una pareja sana o familia.
Cuando se tienen los hijos es aún más difícil pues la pareja necesita tener su espacio para educarlos de acuerdo a sus intereses.
Todas estas situaciones generan un ambiente desagradable y perturban la convivencia. Si no son detenidos a tiempo el ambiente familiar se enrarece y puede sufrir.
Sugerencias Para una Convivencia Sana
1. Conversar Antes de Vivir Juntos: Se trata de hablar y negociar hasta que todos tengan claro cuál será su papel y su responsabilidad. Es necesario hablar de las expectativas y como quieren vivir. Es importante que la nueva pareja tenga un territorio propio con las normas y reglas de la nueva pareja. Aunque sea un espacio pequeño o un cuarto que se considere privado.
2. Límites: Al establecer las normas también se establecen los límites y se define hasta dónde cada persona y cada pareja puede llegar sin perturbar el funcionamiento de la casa o de las parejas. Es importante que queden claros los espacios y no invadir los espacios de los suegros ni que ellos invadan los de la nueva pareja.
3. Independencia: Todo matrimonio o pareja necesita independencia y poder decidir sobre su forma de vivir. Cada pareja debe tener autonomía y libertad. Ambas son difíciles de conseguir si para comenzar una pareja vive en una estructura de familia preconcebida y funcional a su manera.
4. Decisiones: Las decisiones que sean exclusivamente de una pareja las decide cada pareja. Se puede pedir opinión a los suegros o padres pero la decisión es de la pareja. Cuando las decisiones comprenden a las dos parejas se debe hablar asertivamente y con honestidad para llegar a acuerdos y evitar dificultades posteriores.
5. Responsabilidades: Antes de mudarse hay que hablar sobre responsabilidades y que cada uno tenga claro y acepte cuál es su papelcy su responsabilidad en la pareja y en la convivencia. Ej. Tareas de casa, cuidado de los niños, tareas de los hijos, días feriados, salidas con abuelos y amigos, visita a la familia del otro cónyuge, etc. Especialmente se debe aclarar cuál es el papel de los suegros en cada una de las labores de la casa, decisiones familiares y en las discusiones de pareja es claro que no deben interferir. En cuanto a las decisiones de las dos parejas aclarar cómo afrontarlas.
6. Evitar Conflictos y Respetar los Tiempos de Cada Quien: Una forma de evitar conflictos es establecer horarios para las labores comunes y tener en cuenta que cada persona es particular y tiene su tiempo y manera de hacer las cosas que establecen su ritmo personal que se debe respetar.
7. Tiempo: Cada uno de los miembros de esta nueva familia debe tener tiempo para estar consigo mismo además de algún espacio para poder permanecer solo. Las parejas necesitan momentos de intimidad que deben ser respetados.
8. Economía: En cuanto al aporte económico debería ser 50% cada pareja pero siempre se puede negociar claramente e informar a todos los miembros de la familia incluso los que no compartan la vivienda.
9. Mantener la Autoridad: Cada persona necesita saber y sentir que sus opiniones y acciones son validadas por su pareja y no deben ser desautorizados ante sus hijos o cónyuges. La situación que es más frecuente es que los padres desautoricen frente a la nueva pareja a sus hijos pues asumen que tienen el mismo derecho que tenían cuando estaban solos en la casa con sus hijos. Esta situación genera un conflicto importante en la pareja y con los hijos de la nueva pareja si los hay si no se considera que lo más importante es la pareja. La prioridad es la pareja respecto a padres y suegros
10. Establecer Rituales: Es importante solidificar las relaciones entre las dos familias y se puede comenzar por compartir comidas cada semana o salir las dos parejas una vez al mes a sitios que les agraden. También es factible hacer actividades juntos como ejercicio bien sea suegra y nuera o suegro y yerno lo que permite cordializar.
11. No Ventilar Conflictos: Las dificultades matrimoniales deben mantenerse en privado y más importante aún es no referirlas a los padres políticos pues puede ser muy contra producente. Se debe recordar que hay una relación muy estrecha padre-hijo y por tanto no es agradable escuchar quejas de uno de los seres más queridos. De igual forma no se deben aceptar críticas de los suegros respecto a sus propios hijos pues puede traer malestar en la pareja. Cada conflicto se resuelve entre los participantes del conflicto. Es indispensable evitar llegar a posiciones polares como tus padres o yo
12. Evitar la Competencia: Cada persona tiene habilidades particulares y brillará en aquellas que le son dadas. No debemos comparar los resultados de cada actividad ni competir para mostrarle a la pareja que somos mejores que el suegro, la suegra, los cuñados, etc. Si los otros se comparan hay que aceptar y darse cuenta que es una necesidad que tiene la otra persona de ser alagada.
Vivir en familia es vivir es amor, respeto y buena comunicación.
13. Evitar Competir por Poder: En cuanto a la convivencia diaria la nuera es a fin de cuentas una extraña, no está en su casa y la suegra es dueña y por tanto tiene el poder. Cuando la nuera quiere hacer las cosas a su manera es decir quiere ser independiente, la suegra puede sentirla como “mal agradecida” e inadecuada y puede quejarse con su hijo lo cual trae dificultades. Si la situación se mantiene puede convertirse en un conflicto importante dónde el poder y el amor compiten. Se hace necesario convencer a la suegra que no hay lucha de poderes y que ambas pueden ser “la jefe” en diferentes terrenos. Además es útil aprender a negociar y compartir formas diferentes en función de aprender una nueva manera de llevar a cabo una tarea pues lo importante es hacer lo que necesitamos hacer como familia.
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Para citas:
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