Esperanza es la confianza de alcanzar algo.
Alguna vez hemos sentido en algún momento de nuestra vida una sensación de desesperanza que nos acompaña tras no haber conseguido cumplir un objetivo determinado, nos sentimos derrotados y con una visión del mundo mucho más negativa.
Vale decir que cuando se vive en incertidumbre la esperanza se reciente y progresivamente se puede perder. Vivir en incertidumbre hace que nuestra visión del mundo sea más caótica que lo que realmente es, esa sensación lleva a ansiedad, estrés, miedo y perdida de la esperanza. Lo mismo ocurre si la persona no se pregunta o sabe que quiere y que va a lograr con los cambios o la estabilidad.
Diversos estudios en pacientes con enfermedades tales como Sindrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), cáncer y mujeres con dificultades de fertilidad, han demostrado que los pacientes que usan herramientas que les permiten confrontar la situación, tener autocontrol, buscar apoyo social, aceptar la responsabilidad de resolver el problema y replantearse la vida son los que tienen altos niveles de optimismo que ayuda a tener esperanza. En contraste los desesperanzados evitan afrontar y por tanto no resuelven por ellos mismos.
Por otra parte se ha demostrado que entre los rasgos emocionales más significativos asociados a la aparición del cáncer están la tristeza, los duelos, la desesperanza, la depresión y el poco ánimo.
- El estrés permanente, la amenaza constante a la integridad física y el doble mensaje, caracterizado porque se dice una cosa y se hace otra, que los hechos no reflejan lo dicho por esa persona, provocan incertidumbre. No se sabe cómo reaccionar qué hacer o qué plan ejecutar pues lo que se haga puede estar mal. Se genera la sensación de NO PODER ESCAPAR, no hay esperanza de cambio, hagas lo que hagas no da el resultado esperado.
- También la sensación de soledad por romper una relación, -separarse y divorciarse- o por la muerte de un ser querido puede llevar a la desesperanza.
- Hay personas que por diferentes causas tienen una actitud temerosa o falta de fuerza ante el futuro que les impide alcanzar metas o triunfar. Cuando se espera muy poco de la vida o no se espera nada, nada se consigue; el alma y el cuerpo sufre esa falta de empuje.
- Otras causas frecuentes de perdida de la esperanza son no lograr una meta, perder el trabajo y ser jubilado de oficio. Las dificultades existenciales como no tener claro un proyecto de vida, cuál es el objetivo de su vida, que recursos poseen y la labilidad emocional debida a situaciones de inestabilidad o dualidad llevan a perder la esperanza.
Vale decir que cuando se vive en incertidumbre la esperanza se reciente y progresivamente se puede perder. Vivir en incertidumbre hace que nuestra visión del mundo sea más caótica que lo que realmente es, esa sensación lleva a ansiedad, estrés, miedo y perdida de la esperanza. Lo mismo ocurre si la persona no se pregunta o sabe que quiere y que va a lograr con los cambios o la estabilidad.
¿Cómo Sabemos Que la Esperanza es Importante?
Varios estudios han demostrado que la desesperanza es más importante en la aparición de enfermedad que la depresión, aún más la desesperanza puede anteceder a la aparición de la enfermedad.
Mantener la esperanza es medicina preventiva.
Diversos estudios en pacientes con enfermedades tales como Sindrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), cáncer y mujeres con dificultades de fertilidad, han demostrado que los pacientes que usan herramientas que les permiten confrontar la situación, tener autocontrol, buscar apoyo social, aceptar la responsabilidad de resolver el problema y replantearse la vida son los que tienen altos niveles de optimismo que ayuda a tener esperanza. En contraste los desesperanzados evitan afrontar y por tanto no resuelven por ellos mismos.
Por otra parte se ha demostrado que entre los rasgos emocionales más significativos asociados a la aparición del cáncer están la tristeza, los duelos, la desesperanza, la depresión y el poco ánimo.
Las personas que tuvieron una “remisión espontánea” del cáncer, es decir, mejoraron sin causa aparente tenían tres características comunes:
- El diagnóstico fue una experiencia traumática que aceptaron y tomaron la determinación de luchar contra la enfermedad
- Al recuperarse continuaron su vida normal
- Tenían pensamientos de confianza en su curación y la esperanza de recuperarse.
Se propone que “vivir con significado y esperanza”, permite adaptación a la enfermedad, menos estrés, aumento del bienestar psicológico y calidad de vida.
Se concluyó que es importante ayudar a los pacientes con SIDA, cáncer y los paciente a ser operados a que “enfaticen el optimismo, la esperanza y a enfrentar activamente la enfermedad para que disminuya la depresión y el dolor incrementándose la salud física”,
El optimismo está asociado con triunfar sobre la adversidad
La esperanza cumple una función decisiva en la recuperación del enfermo.
¿Qué Relación Existe Entre la Esperanza y las Enfermedades del Corazón?
El infarto e hipertensión son más frecuentes en las personas obsesivas y pesimistas, al igual que en personas ansiosas, hostiles y con depresión manifiesta en forma de pensamientos de ineficacia y pesimismo que están presentes en estos pacientes. Valdría decir que los pacientes a quienes les falta esperanza sufren más de infarto e hipertensión pues la esperanza se basa en el optimismo.Estudios venezolanos muestran que el shock producido por el impacto de la enfermedad “rompe los proyectos personales y coloca al individuo en una actitud de espera incierta donde no hay cabida para imaginar proyectos nuevos y retadores a largo plazo”. Así disminuye la esperanza, aumenta la creencia en los peligros externos, disminuye las expectativas de logro y aumenta la ansiedad generalizada. Efectos semejantes se presentan cuando una meta largamente ansiada no se logra. La esperanza se basa en optimismo, motivación, autoeficacia y uso de estrategias múltiples.
Se puede deducir que una alta esperanza promueve la tranquilidad, una actitud positiva con respecto a los resultados y la confianza interior en sí mismo, hay menos temores y mayor seguridad.
Otros investigadores aseguran que un alto nivel de optimismo antes de un trasplante de órgano tiene la virtud de predecir una buena evolución física y psicológica.
La desesperanza es el corazón de la depresión.
LA ESPERANZA es un quehacer activo, un trabajo de crecimiento y desarrollo con un fuerte sentido de afrontamiento.
Las ventajas de una elevada esperanza son muchas. Quienes tienen alta esperanza, poseen más metas, incluso más complejas o difíciles, pero tienen alta probabilidad de éxito en lograr alcanzar sus objetivos, ya que perciben sus metas como desafíos.
Muestran mayor felicidad y menos nerviosismo. Tienen habilidades superiores para afrontar la adversidad, se recuperan más rápidamente de una enfermedad o un accidente y reportan tanto menos estados de agotamiento (burnout) como dificultades en el trabajo.
ESPERANZA ES VER TODO OBSTÁCULO COMO UN DESAFÍO,
ES UNA ACTITUD POSITIVA ANTE EL FUTURO.
Vo.